Cuenta la leyenda que el día de Todos los Santos se celebra desde el siglo XVIII. Durante esta jornada, en la que se rinde culto a los difuntos, la castaña es otras de las grandes protagonistas. Su origen se encuentra en un ritual funerario en el que las familias rendían ese culto mientras comían frutos secos a la brasa, donde se encontraban las castañas. Dejaban el fuego encendido junto a esos alimentos para que el espíritu de los difuntos volviera a los hogares al menos durante esa noche.
Hoy lo hemos celebrado asando y comiendo castañas todos juntos. Muchas gracias a las madres y padres que desde primera hora han estado ayudando.